Cielos abiertos




Evangelio según san Mateo, 3: 16- 16 Habiendo sido bautizado Jesús, en seguida salió del agua. Y los cielos se le abrieron, y vio que el Espíritu Santo descendía en forma de paloma y se posaba sobre El. (v. 16)

Quizás puede decirse que existían antes obstáculos invisibles que se oponían a que las almas de los justos entrasen en el reino de los cielos. No creo que ningún alma haya ascendido a los cielos antes que Jesucristo, puesto que desde que Adán pecó se cerraron los cielos. Sólo se abrieron cuando Jesucristo se bautizó. Cuando venció la tiranía del pecado por medio de la cruz, como no eran necesarias las puertas (no habiendo estado cerrado el cielo nunca más), no dijeron los ángeles: «Abrid las puertas», porque ya estaban abiertas, sino: «Levantad las puertas». O, los cielos se abren para los que se bautizan y ven las cosas que hay en los cielos, no mirando con los ojos de la carne, sino creyendo con los ojos espirituales de la fe. O de otro modo: Los cielos son las Sagradas Escrituras, las que todos leen, aunque no todos las entienden, a no ser que sean bautizados de manera que reciban el Espíritu Santo. Por ello las Escrituras de los profetas no eran inteligibles para los apóstoles en un principio, hasta que, habiendo recibido el Espíritu Santo, todas las Escrituras les quedaron perfectamente inteligibles. Sin embargo, de cualquier modo que se entienda, los cielos se abrieron para El, es decir, para todos por medio de El, como si un emperador dice a alguno que pide una gracia para otro: «Este beneficio no lo doy para otro, sino para ti, es decir, por ti se lo doy a aquél»

Pseudo- Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 4

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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