Esta otra mandíbula humana–Homo Sapiens– se descubrió también en 1863 en Foxhall, Inglaterra, en depósitos del Plioceno. Loren Eiseley de la Universidad de Pennsylvania afirmaba: “el interés (sobre la mandíbula) declinó en gran medida porque era de aspecto moderno” (…). Como no había nada respecto de ella que los anatomistas pudiesen considerar como primitivo, el interés rápidamente desapareció. Solo el tiempo dirá cuántos otros restos humanos antiguos han sido desechados simplemente porque no encajaban en el esquema evolucionista preconcebido”
LOREN EISELEY «The Immense Journey Random House, 1957, p. 18
https://caslabs.case.edu/hyde-collection/human-paleontology-general/