Evangelio según san Mateo, 5: 38- 42 «Habéis oído que fue dicho: Ojo por ojo y diente por diente. Mas yo os digo que no resistáis al mal: antes, si alguno te hiriere en la mejilla derecha, preséntale también la otra; y a aquel que quiera ponerte pleito y tomarte la túnica, déjale también la capa; y al que te precisare a ir cargado mil pasos, ve con él dos mil más: da al que te pidiere; y al que quiera pedirte prestado, no le vuelvas la espalda». (vv. 38- 42)
Todas las cosas verificadas por los santos en el Nuevo Testamento sirven para ejemplificar los preceptos que se dan en las Sagradas Escrituras, como cuando leemos en el Evangelio de San Lucas ( Lc 6,29 ): «Has recibido una bofetada, prepara la otra mejilla». Ningún otro ejemplo más excelente de paciencia encontramos que el de nuestro Señor. Cuando El recibió la bofetada, si bien no dijo aquí tienes la otra, sino que dijo, según San Juan ( Jn 18,23 ): «Si he hablado mal, da testimonio de lo malo; pero si he hablado bien, ¿por qué me hieres?», manifiesta que debe ofrecerse aquella disposición en el corazón
San Agustín, de mendacio, 15
