La socialización premoderna suele tener por agentes naturales a la familia extensa y, dependiendo de la sociedad, a la iglesia. En la modernidad, en cambio, la familia extensa fue reemplazada por la nuclear, con un padre y una madre que en la sociedad industrial tuvieron que evolucionar a una división sexual del trabajo entre tareas domésticas y tareas productivas (en general fuera del hogar), y que desde los albores de la sociedad posindustrial y «liberalizada», pasan la mayor parte del día fuera del hogar trabajando ambos a la vez, lo que implica una presión contra la reproducción. La Iglesia, a su vez, fue reemplazada por el Estado y su centralización educativa en instituciones de enseñanza controladas de una u otra manera. Para cubrir el vacío que, como es natural, se fue formando, aparecieron los medios de comunicación masiva, con sus innegables atractivos, listos para orientar culturalmente a individuos desarraigados, carentes de lazos comunitarios
AGUSTIN LAJE, LA BATALLA CULTURAL REFLEXIONES CRÍTICAS PARA UNA NUEVA DERECHA
