Como muchas prácticas culturales, las circuncisiones masculina y femenina han sido ejercidas por numerosos motivos y continuadas por la tradición, incluso cuando las razones originales habían quedado atrás. Uno de los motivos menos conocidos en el caso de la primera es el control de la sexualidad masculina. Desde la Antigüedad hasta nuestros días se ha aprobado este procedimiento para reducir el deseo sexual y canalizar las energías del varón al servicio del grupo o comunidad.
Antes de que nadie descarrile el tema con la ablación, recuerden que esta última es ilegal. La circuncisión masculina no. Lo importante aquí es que todas las personas deberían tener derecho a su integridad genital y poder decidir cuando sean adultos
Al-Mannawi (¿?-1622 d.C.), otro jurista musulmán, comentó:
Los glandes son muy sensibles. Si permanecen escondidos en el prepucio, esto fortalece el placer durante el apareamiento. Si el prepucio es cortado, los glandes se endurecen y el placer se debilita. Esto se ajusta mejor a nuestra ley: reducir el placer sin suprimirlo por completo, un justo medio entre el exceso y el descuido. [Al-Mannawi: Fayd al-qadir, volumen. 3, p. 503]
