Sermón 44 de Santos.
Celebrando hoy el aniversario del triunfo del bienaventurado Mártir Valentín, la Iglesia se llena de alegría por su glorificación, y nos propone, al mismo tiempo, que sigamos sus huellas. Porque “si con él padecemos, también con él seremos glorificados». En el glorioso combate que sostuvo por la fe, debemos considerar principalmente dos cosas, a saber: la pérfida crueldad de los verdugos, y la invencible paciencia del Mártir. La crueldad de los verdugos para detestarla; la paciencia del Mártir para imitarla. Escuchad al Salmista reprendiendo la malicia de los perseguidores: No envidies a los malvados, porque como el heno así presto desaparecerán. Para convencernos de la necesidad de la paciencia para sufrir a los malvados, oigamos el consejo del Apóstol: Os es necesaria la paciencia, a fin de que consigáis las promesas.
Tú, Señor, ten piedad de nosotros.
Demos gracias a Dios
Sermón de San Agustín, Obispo
