
¿Dios existe?: he ahí la que seguramente es la pregunta más profunda y trascendente de la filosofía. En efecto, la filosofía, sea desde una u otra perspectiva, se ocupa del problema del ser (ontología), la verdad (epistemología) y el bien (ética). Ahora, si Dios existe, Él se constituirá como el Ser fundamental, la Verdad absoluta y el Bien supremo. En consecuencia, su existencia o inexistencia condiciona toda nuestra comprensión del mundo. Por tanto, no resulta extraño que sea precisamente el hombre, la criatura racional, quien se pregunte sobre Dios. Y es que, independientemente de qué tipo de respuesta o actitud adopte después, en algún u otro momento y/o de algún u otro modo, el hombre siempre e inevitablemente se planteará la cuestión de Dios.
Por Dante A. Urbina