Otra figura de la Santa Misa en el Antiguo Testamento, Noe levanto un altar al Señor, escogió entre todos los animales y todos los pájaros, los más puros, y los ofreció en Holocausto sobre este altar. El Señor percibió el olor con agrado y dijo: “En adelante, ya no enviaré mi maldición sobre la tierra a causa de los pecados de los hombres”. Si el sacrificio de Noé fue tan grato a los ojos de Dios, que apaciguo su cólera y prometió que no volvería a destruir la tierra con otro diluvio. Con cuánta más razón tiene que serle agradable el sacrificio del Nuevo Testamento, en el que único Hijo es ofrecido como inocente Víctima?
Genesis 8
