logró independizarse del aprecio que sentía hacia su propio obispo, el papa San Sixto, de Roma y del amor que el mundo le ofrecía, y prefirió morir martirizado, quemado en la parrilla por amor al Creador, por hacer su santa voluntad. Prefirió hacer la Voluntad Divina, antes que buscar los consuelos humanos. Aprende pues a dejar amistades íntimas y muy estimadas, con tal de poderte conservar en el Amor y amistad con Dios.
Imitación de Cristo (Tomás de Kempis) 1418
El Martirio de San Lorenzo. 1558 Tiziano
