Testigo



Evangelio según san Mateo, 3: 4- 4 El mismo San Juan tenía vestido de pelos de camello, y un ceñidor de piel rodeaba su cintura. Su alimento era de langostas y de miel silvestre. (v. 4)

Después que él manifestó que era la voz del que clama en el desierto, el mismo evangelista añade con prudencia: «El mismo Juan», en lo que se manifiesta cuál era su vida, porque él se pone como testigo de Cristo. Su vida, pues, es de El, porque ninguno puede ser testigo idóneo de otro, si no fuese suyo propio

Pseudo- Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 3

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

Deja un comentario