Evangelio según san Mateo, 3: 16- 16 Habiendo sido bautizado Jesús, en seguida salió del agua. Y los cielos se le abrieron, y vio que el Espíritu Santo descendía en forma de paloma y se posaba sobre El. (v. 16)
Porque, como se ha dicho, cuando nuestro Salvador quedó lavado, ya quedaba limpia toda el agua para nuestro bautismo, para que se pudiese administrar la gracia del bautismo a las generaciones venideras. Convino también que se designasen en el bautismo de Cristo todas las gracias que se conceden por El mismo a los fieles, de donde se dice: «Bautizado Jesús, inmediatamente salió del agua»
San Agustín, in sermonibus de Epiphania
