Si hay tantos hombres que no hacen caso a la verdadera religión, es sobre todo porque muchos pecan por negligencia en esta materia. No se preocupan de conocer la verdad de Dios sino que se contentan sea con los placeres de este mundo, sea con las costumbres y supersticiones en medio de las cuales viven y que les es suficiente para satisfacerles su sentimiento religioso; no tienen sed de la verdad. Muchos presienten, además, que la verdadera religión les exigirá sacrificios y no quieren eso. En fin, el hombre es por naturaleza un «animal social»: Necesita de ayuda en todos los ámbitos (físico, técnico, intelectual y moral) y depende mucho de la sociedad en donde vive.Se ésta es islámica o atea (como la nuestra), si la escuela y los medios de comunicación lo desvían del cristianismo (y además lo embrutece para impedirlereflexionar), le será muy dificil nadar contra corriente.
CATECISMO CATOLICO DE LA CRISIS EN LA IGLESIA
Por el Padre Matthias Gaudron
