¿Cómo se dice?
¿habrá salido el soľ»? o ¿habrá rotado ya la tierra sobre su eje?
El problema bíblico Ante el debate con los aristotélicos (partidarios del geocentrismo) Galileo se hallaba en un momento único. Poco tiempo atrás había ganado una pequeña batalla al demostrar que era un error el de ellos el sostener que la velocidad de los cuerpos en caída dependía de su masa. Todo esto contribuia a que los ánimos se crisparan. Fue en este ámbito de discusión y confusión que, en 1611, los aristotélicos acusaron a Galileo de querer contradecir las Sagradas Escrituras al afirmar que la tierra giraba alrededor del sol.
Se trataba, como vemos, de una disputa de escuelas. Las discusiones académicas pasaban cada vez más a mayores y con el fin de desacreditar a Galileo, le imputaban también que intentaba meterse también en el terreno de la exégesis (interpretación) bíblica cuando su hipótesis aun no
estaba comprobada (cosa que, hasta el momento, era cierto).
El texto bíblico en cuestión era siempre el del libro de Josué que ya citamos 4: si la tierra giraba alrededor, del sol, entonces la Biblia se equivocaba.. Dado que el sistema de Ptolomeo era
bastante adecuado (con una precisión de un cuarto de grado al fjiar la posición de los astros) y el heliocentrismo no estaba aun suficientemente probado, no parecía razonable cambiar la
interpretación de estos textos para adecuarla a las nuevas hipótesis.
He aquí cuando entra Galileo en escena, la crítica externa sumado a su mal genio, hicieron que en lugar de mantenerse cauteloso se volcase a una campaña casi periodística para divulgar su postura heliocéntrica. Para ello comenzó no solo a dar conferencias sobre astronomía, sino que hasta se daba el lujo de querer interpretar la Biblia según los nuevos descubrimientos careciendo aun de la certeza de su hipótesis y de autoridad para incursionar en el campo de la interpretación bíblica.,
De carácter enérgico y bastante orgulloso, no aceptaba esperar a comprobar sus intuiciones. Este sería su salto mortal. Además, lejos de lo que la Iglesia propugnaba sobre los sentidos de los pasajes de la Biblia,
Galileo quería interpretar la Sagrada Escritura con un sentido literal. Era como si dijese: «En la Biblia se dice que el sol se detuvo; Pero el sol no se mueve, por lo tanto La Biblia está errada».
Galileo dejaba de lado lo que siempre la Iglesia había dicho y que el famoso cardenal Baronio, discípulo de San Felipe Neri, repetía por aquella época: «El propósito del Espíritu Santo, al inspirar cielo». inspirados Además, siempre los escritores sagrados la Biblia, era enseñarnos cómo se va al Cielo, y no cómo va el habían escrito por el Espíritu Santo pero según el lenguaje humano.
¿Cómo es esto? Pongámoslo más en claro: uno cuando madruga, dice: «: ya habrá salido el soľ»? y no «: habrá rotado ya la tierra sobre su eje?». Dios, por pura condescendencia divina, quiere
hablarnos de un modo que le entendamos. Ante las acusaciones de los científicos contrarios, la Iglesia no vio más remedio que iniciar un proceso en su contra para que ratifique o rectifique sus
dichos, en especial en lo tocante a la interpretación de la Biblia
