Partes que pertenecen a la forma

Es una verdadera dificultad el determinar qué partes pertenecen a la forma y que partes pertenecen, no a la forma, sino al conjunto de la forma y de la materia; y sin embargo, si este punto no resulta aclarado, no es posible definir los individuos. Lo que entra en la definición es lo universal ySigue leyendo «Partes que pertenecen a la forma»

De la verdadera perfección

Perfecto se dice por de pronto de aquello que contiene en sí todo, y fuera de lo que no hay nada, ni una sola parte Así, tal duración determinada es perfecta cuando fuera de esta duración no hay ninguna duración que sea parte de la primera.Se llama también perfecto aquello que bajo las relaciones delSigue leyendo «De la verdadera perfección»

Lenguaje y verdadLa falacia de petición de principio

Para desembarazarse de todas las argucias, no basta pensar o decir que existe o que no existe alguna cosa, porque podría creerse que esto era una petición de principio, y necesitamos designar un objeto a nosotros mismos y a los demás. Es imprescindible hacerlo así, puesto que de este modo se da un sentido aSigue leyendo «Lenguaje y verdadLa falacia de petición de principio»

¿Los números, los cuerpos, las superficies y los puntos son o no sustancias?

Si no son sustancias no conocemos bien ni lo que es el ser, ni cuáles son las sustancias de los seres. En efecto, ni las modificaciones, ni los movimientos, ni las relaciones, ni las disposiciones, ni las proposiciones tienen, al parecer, ninguno de los caracteres de la sustancia. Se refieren todas estas cosas como atributosSigue leyendo «¿Los números, los cuerpos, las superficies y los puntos son o no sustancias?»

Sobre el infinito

De suerte que si hay una cosa que sea el último término no habrá producción infinita;, si nada de esto se verifica, no hay causa final. Los que admiten la producción hasta el infinito no ven que suprimen por este medio el bien. Porque no hay nadie que quiera emprender nada, sin proponerse llegar aSigue leyendo «Sobre el infinito»

Sobre las causas segundas

De suerte que si hay una cosa que sea el último término, no habrá producción infnita; si nada de esto se verifica, no hay causa final. Los que admiten la producción hasta el infinito, no ven que suprimen por este medio el bien. Porque hay nadie que quiera emprender nada, sin proponerse llegar a unSigue leyendo «Sobre las causas segundas»