Como terapista frecuentemente me piden que explique por qué los depresión y ansiedad son tan comunes en los adolecentes, una de las explicacion es está, y es la que menos importancia le dan, es el interés decadente en la religión, este giro cultural ya te demostrado que es desastroso para millones de personas jóvenes vulnerables, en el estudio del 2018 en el American Journal of Epidemiology, examinó como el ser criado en una familia con creencias religiosas o espirituales tenían un efecto positivo en la salud mental, la Universidad de Harvard, han examinado la participación religiosa en un estudio longitudinal de aproximadamente de 5000 personas, con elementos de control socio demográficos característicos relacionados a la salud maternal en niños, afirman participar que participar en servicios religiosos una ves por semana califican mucho más alto en bienestar psicológico y en riesgos bastante más bajos de enfermedad mental, los participación religiosa semanal está también asociado con niveles más altos de voluntariado un mejor sentido de misión curiosidad de perdonar y probabilidades más bajas de uso de drogas o iniciación sexual temprana. En Estados Unidos se ha visto un descenso del 20% de servicios religiosos, recuerdo a una entrevista Gallup a comienzos del 2019.
Él no creer en nada es un cultivo perfecto para la ansiedad y la depresión, y la idea de ser «realistas» está completamente exagerado. La creencia en Dios, en una figura que nos vida y nos protege, en la que podemos confiar en tiempos difíciles, es una de las mejores formas de apoyo para niños que estás creciendo en un mundo pesimista.
Frecuentemente los padres ateos me preguntan: ¿como le hablo a mi hijo sobre la muerte si yo no creo en Dios ni tampoco en el cielo? Mi respuesta es simple y siempre la misma: MIENTE
La creencia en del cielo y Dios los ayuda a poder comprender los aspectos complejos de la vida, y esto es especialmente importante, en una eres de familias desintegradas, de padres distraidos, violentos, con predicciones del futuro como el calentamiento global, visiones completamente pesimistas. Dale profundamente la imaginación en los niños, disminuye el papel fundamental y su habilidad para lidiar con estos desafíos, si a este niño, simplemente no se les enseña está realidad, y no se les da la oportunidad, de conocer a un ser que le ama y le protege.
Él no creer en Dios mutila la capacidad de imaginar, le hace la vida miserable, los niños nacen con un fuerte deseo de trascendencia, crecerían de forma menos riesgosa: de suicidio, promiscuidad, uso de alcohol y otras drogas, depresión.
algunos fragmentos de Ericka Komisar (judía no prácticante, no religiosa)
Psicoanálista pedriatrica
