Hay que precaverse aquí contra el error de Nestorio, que dice: cuando la Escritura divina tiene que hablar acerca del nacimiento de Cristo, que es de la Virgen María, o acerca de su muerte, nunca le da el nombre de Dios, sino los de Cristo, Hijo o Señor, tres términos significativos de las dos naturalezas, que unas veces se refieren a la divina, otras a la humana, y algunas a ambas a la vez. He aquí una prueba: «Jacob engendró a José, esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado el Cristo». Dios el Verbo no ha necesitado de un segundo nacimiento de mujer para existir
Concilio de Efeso, c. 6
