Evangelio según san Mateo, 3: 17- 17 Y he aquí la voz del cielo que dice: «Este es mi hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias». (v. 17)
No debe admirar que se patentice el misterio de la Santísima Trinidad en el bautismo de Nuestro Señor, puesto que nuestro bautismo no es otra cosa que la representación de tan augusto misterio. Quiso Dios que primero se verificase en El lo que después había de mandar a todo el género humano
San Agustín, in sermonibus de Epiphania
