a un lado los discursos elaborados y floridos y hablad al pueblo lisa y llanamente sobre las eternas verdades de la fe y las enseñanzas del Evangelio. Pensad en el bien de las almas antes que en la impresión que os proponéis causarles. El pueblo ansía la verdad; dadle lo necesario para la salud de su alma, que éste es el deber principal de un sacerdote
San Pío X: El Papa Sarto, un papa santo. F.A. Forbes
