Evangelio según san Mateo, 5: 5- 5 «Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados». (v. 5)
Y los que lloran sus pecados pueden llamarse en realidad bienaventurados, pero a medias. Más bienaventurados son aquellos que lloran los pecados ajenos, tales conviene que sean todos los maestros
Pseudo- Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 9
El luto del que se trata aquí no es por los muertos según la ley común de la naturaleza, sino por los que han muerto a causa del pecado y los vicios. Así lloró Samuel a Saúl ( 1Sam 16 ), y San Pablo a aquellos que después de sus actos de impureza necesitaban arrepentirse ( 2Cor 12,21 )
San Jerónimo
