El fēminįsmo, el cambio de gēnęr0, la modificación del cuerpo y otras intervenciones en el cuerpo humano no son más que herramientas de la idę0logíįå de gēnęr0 utilizadas para desfigurar los cuerpos, para hacer que los gēnęr0s sean irreconocibles y dejen de funcionar. Así que no estamos hablando de modas inofensivas, sino de un ataque a la creación.
Ya en 2008, Benedicto XVI advirtió, según Die Zeit: «Lo que a menudo se entiende por el término ‘gēnęr0’ […]» viola el «espíritu de la creación». Desconocer esto lleva a la «autodestrucción del hombre» y a la «destrucción de la obra de Dios».
«Lo que está escrito en el relato de la creación ya no es válido», continuó el papa durante su discurso de Navidad en diciembre de 2012: «‘ varón y hembra los creó’ (Gn 1: 27). No, ahora no se afirma que ÉL los haya creado como hombre y mujer; la sociedad lo había hecho hasta ahora, pero ahora lo decidimos nosotros». El hombre y la mujer son «disputados como formas complementarias del ser humano», dijo Benedicto. Y eso tiene consecuencias trascendentales. Porque si «la dualidad del hombre y la mujer que proviene de la creación ya no existe, entonces la familia como realidad dada por la creación tampoco existe. Pero entonces el niño también ha perdido su lugar anterior y su propia dignidad».
Zeit, en línea, 5/10/2016
