El «alma varonil» de Isabel y de la corona española Cuando se trata de una «nueva hazaña» , como dice Pemán, Dios no se anda con chiquitas y normalmente se busca corazones anchos para ello.
Han sido estos corazones, los de los reyes españoles, los que se lanzaron a una cruzada en la que les iba la vida. Entre ellos, casi como para incentivar a los que vendrían luego, ha sido Isabel de Castilla quien puso las bases espirituales del Nuevo Mundo, como lo señala el Papa León XIII:
«La Reina (era) mujer piadosísima y dotada al mismo tiempo de ingenio varonil y de alma grande. Suya fue la afirmación de que Colón se había de lanzar al vasto Océano para llevar a cabo una empresa magnífica, para gloria de Dios’.
Y al volver Colón de su segundo viaje, le escribió que habían sido muy bien empleados’ los gastos que ella había hecho en las dos expediciones a las Indias, y los que pensaba hacer en adelante, porque todo ello había de redundar en aumento de la religión catolica». Respecto de Isabel no solo solventó las expediciones de Colón sin importar por ello la existencia de las ganancias que hubieren (recordemos que en los primeros viajes fueron más las pérdidas que los dividendos recibidos) sino que desde siempre tuvo en mente un espíritu misionero que todo lo dominaba, como quedó plasmado en su famoso Testamento:
«Cuando nos fueron concedidas por la Santa Sede Apostólica las islas y Tierra Firme del mar Océano, descubierto y por descubrir, nuestra principal intención fue, al tiempo que lo suplicamos al Papa Alejandro VI, de buena memoria, que nos hizo la dicha concesión, de procurar inducir y traer los pueblos de ellas, y los convertir a nuestra Santa Fe Católica, enviar a su dicha personas doctas y temerosas de Dios, para instruir los vecinos y
moradores de ellas a la Fe Católica, y los doctrinar y enseñar buenas costumbres, poner en ello la diligencia debida, según más largamente en las letras de dicha concesión se contiene. Suplico al Rey mi señor muy afectuosamente, y encargo y mando a la Princesa mi hija, y al Príncipe su marido que así lo hagan y cumplan, y que este sea su principal fin y en ello pongan mucha diligencia, y no consientan ni den lugar a que los indios, vecinos y moradores de las dichas Indias y Tierra Firme, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas y bienes; mas manden que sean bien y justamente tratados; y, si algún agravio han recibido, lo remedien y provean de manera que no se exceda alguna cosa de lo que por las Letras Apostólicas de la dicha concesión nos es mandado»
Su «hombría» e hidalguía han tenido pocas émulas a lo largo de la historia y quien lea su biografía desapasionadamente se encontrará en ella alguien a quien la Iglesia algún día elevará a los altares. Pero no fue solo Isabel quien intentó llevar adelante esta empresa titánica del Nuevo Mundo. La Idea de España, la gran hazaña española, seguiría viva en varios de sus sucesores, tanto en Fernando como en Cisneros, en Carlos V y Felipe Il; todos ellos creyeron que su deber primario y fundamental era el que señalaba Isabel en su testamento. Era un programa a seguir. Por citar solo un ejemplo, veamos qué decía Felipe II al
Consejo de Indias el 12 de agosto de 1581, cuando pedía explicaciones sobre ciertas quejas respecto del maltrato a los indios:
«adviértase que, en aquellas partes, hay muy gran falta de personas doctas y de conciencia, que traten de descargar la de Su Majestad, en cuyo nombre gobiernan, y piensan que solo consiste el servicio de Su Majestad en allegar muchos dineros…».
Interpelados con esta carta, el Consejo de Indias no tardó en contestar y pedir más ayuda para que enviasen más misioneros a aquellas tierras:
«a esto ayudará también mucho que Vuestra Majestad sea servido de favorecer el pasar los religiosos a aquellas partes, porque siempre tienen mucho cuidado, de más de lo que toca a
doctrina de los indios, de procurar que sean bien tratados, y no se les hagan agravios, y, cuando se les hacen, dan noticia de ello, para que se remedie»
Vale recalcar que fue la corona española y no la holandesa o británica la que siguió las enseñanzas evangélicas de «propagar el Evangelio»; ha sido España la que civilizó y creó este crisol de razas que es América. Según la otra cosmovisión, la del norte, no solo no había que evangelizar sino que había que hasta borrar del mapa a los moradores de estas tierras vírgenes sin importar derechos o dignidades; era la mentalidad calvinista la que prevalecía, con todo su racismo a cuestas. Pero vayamos a los hechos, como dicen los romanos: res, non verba.. Qué hizo España en América?
ZACARÍAS DE VIZCARRA, La vocación de América, Gladius, Buenos Aires 1995,31-36
*Dicho testamento fue incluido en las Leyes Indias, ley 1e, tít. X, 1 VI
C.J. GARCÍA SANTILLÁN, C. J., Legislación sobre indios del Rio de la Plata, Madrid 1928, pág. 389 y 392, citado por ZACARÍAS DE VIZCARRA, op. cit., 35
