Evangelio según san Mateo, 2: 10- 11 Y cuando vieron la estrella se regocijaron en gran manera. Y entrando en la casa hallaron al niño con María su Madre, y postrándose, le adoraron; y abiertos sus tesoros, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra. (vv. 10- 11)
Aunque ellos no comprendían qué misterio era éste ni qué significaba cada uno de sus dones, poco importaba, porque la misma gracia que los inducía a hacer estas cosas, lo tenía todo dispuesto y ordenado
Pseudo- Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 2
