Esta divina Señora, diré con todos los santos, es el paraiso terrestre en donde el nuevo Adán se ha encarnado, por obra del Espíritu Santo, para realizar alli maravillas incomprensibles, el mundo excelso que sólo a Dios pertenece y que encierra bellezas y tesoros inefables; la magnificencia del Altsimo, en donde El ha encerrado, como en su propio seno, a su Hijo único, y, con El, todo lo que hay de más excelente y precioso. i0h, qué cosas tan grandes tan ocultas ha realizado este Dios omnipotente en esa criatura admirable, como Ella misma se ve obligada a confesar, no obstante su profundísima humildad! Fecit mihi mag na qui tens est. El mundo ignora todo esto, porque es incapaz e indigno de conocerlo
San Lucas 1,46
Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen libro de Luis María Grignion de Montfort
