«Los falsos profetas y los falsos maestros han logrado el mayor éxito posible», dice Su Santidad en la enciclica Evangelium vitae, refiriéndose a lo que llama una » verdadera conjura contra la verdad
De la colonización ideológica del Nuevo Orden, no escapan sectores del cristianismo. El compromiso con la verdad no es lo que prevalece en algunas estructuras de tradición cristiana: el miedo a ser tildados de fundamentalistas, la ambigüedad cómplice de la que saca indigno provecho, la aceptación rendida de los falsos valores de la modernidad: el éxito, la popularidad, la excelencia han provocado en algunos una verdadera apostasía material de la Fe en Jesucristo.
Parecería que para ellos ya no hay principios inmutables, en los que en conciencia no se Puede ni ceder ni conceder. Como dice Spaemann, se ha impuesto una «nueva ética que
juzga las acciones como parte de una estrategia. La acción moral va ser entonces una acción estratégica Esta forma de pensar, que en un principio se denominaba corrientemente <utilitarismos tiene su origen en el pensamiento politico los lleva a caer en el consecuencialismo moral.
El diálogo se convierte en dialoguismo en el que se concede lo innegociable, y con la excusa de descubrir lo positivo en las distintas manifestaciones sociales y culturales
inficionadas de paganismo, no se resisten a ninguna de sus exigencias abusivas, cohonestan el error, ocultan su fe, no demuestran con obras que son cristianos, y con frecuencia se muestran más amigos del enemigo de Dios que de sus hermanos en la fe
De ahí que Michel Schooyans, afirme sin ningún reparo que el Nuevo Orden Mundial, «desde el punto de vista cristiano, es el peligro más grande que amenaza a la Iglesia desde la crisis arriana del siglo IV’
Juan Claudio Sanahuja. El desarrollo sustentable. La nueva ética internacional