Las ideas bíblicas del dominio del hombre sobre el mundo no autorizan en ningún momento la explotación indiscriminada de los recursos naturales.
Podría decirse que, por el contrario, la crisis ecológica proviene de la incapacidad del ser humano de reconocer las limitaciones que le impone su condición de administrador,
no del dueño de la Creación «. Conviene recordar que la pretensión de un sometimiento ilimitado de la naturaleza es propia de las ideologias políticas de la modernidad
Y que la fe cristiana considera que el hombre ha sido puesto por Dios al frente de la
tierra, Eso significa que es responsable, que es más administrador que propietario discrecional
El Misterio de la Creación, EUNSA, Pamplona 1994, pp. 311-326.
Innerarity, D., Dialéctica de la Modernidad, Rialp, Madrid 1990, p. 34
Juan Pablo XI, Discurso al Caerpo Diplomático, Madagascar, 29-04- 1989.
