12 de septiembre de 2023
Mis queridos hijos e hijas en Cristo:
Les escribo hoy para discutir más a fondo la segunda verdad básica de la que hablé en mi primera carta pastoral emitido el 22 de agosto de 2023: «La Eucaristía y todos los sacramentos son divinamente instituidos, no desarrollados por hombre. La Eucaristía es verdaderamente Cuerpo y Sangre, Alma y Divinidad de Cristo, y recibirlo en la Comunión indignamente (es decir, en un estado de pecado grave e impenitente) es un sacrilegio devastador para el individuo y para el Iglesia.» (1 Cor 11, 27-29).
Esto me lleva a otro punto que me gustaría discutir ya que es probable que se discuta en la próximo Sínodo sobre la sinodalidad. Ha habido mucha discusión sobre las personas que se identifican a sí mismas como miembros de la comunidad LtGgB2T5Q que buscan recibir la Sagrada Comunión. Siento que es importante decir lo siguiente en esta carta pastoral: La Iglesia ofrece amor y amistad a todas las personas LaG6BkT1Q, como Cristo ofrece a cada uno de nosotros, y la Iglesia busca capacitar a cada persona para vivir el auténtico llamado a la santidad que Dios tiene la intención de ellos. Debemos tener claro, sin embargo, que la Iglesia no puede ofrecer a una persona la Sagrada Comunión si esa persona participa activamente en una relación entre personas del mismo s3xo, o si una persona no vive como el s3xo que Dios
lo formó para que estuvieran en su concepción y nacimiento. La Iglesia enseña que quienes experimentan sentimientos de atracción hacia personas del mismo s3xo o disforia de género no pecan simplemente porque tienen esos sentimientos, sino que libremente actuar sobre esos sentimientos es pecaminoso y no está de acuerdo con el diseño de Dios para Sus hijos. Para esos quienes experimentan estos sentimientos, de hecho es un camino difícil, así que los animo a buscar lo espiritual y apoyo emocional de su párroco y de familiares y amigos de fe que puedan ayudarle a discernir y vive el auténtico llamado a la santidad que Dios desea para ti. También ofrecería esto, independientemente de quién Así es, debemos recordar siempre que seguir a Jesús significa seguir el camino de la Cruz. Sera difícil, pero ten por seguro que Él camina con nosotros si se lo pedimos.
Además, quiero dejar claro que la Iglesia nunca ha tolerado ni tolerará la recepción del Eucaristía por un católico que persiste en cualquier unión adúltera. Una persona primero debe arrepentirse del pecado de adulterio y recibir la absolución sacramental, y tener también la firme resolución de evitar este pecado en el futuro. En otras palabras, el adulterio debe terminar para que el individuo pueda recibir la Sagrada Comunión. Para esos que hayan estado en un matrimonio anterior y se hayan divorciado y ahora busquen volver a casarse, les insto hablar con su párroco para que pueda aconsejarle y ayudarle en su situación específica.
Que Nuestro Señor los bendiga y que Nuestra Santísima Madre interceda por ustedes mientras continúan creciendo en la fe esperanza y caridad.
José E. Strickland
Obispo de Tyler, Texas
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