Traje Sacerdotal

Amito

El primer ornamento con que se ciñe el sacerdote es el amito (de amicere, que significa cubrir), que es un trozo de tela blanca rectangular y lo suficientemente ancha para que cubra el cuello y los hombros. En la Forma Ordinaria, este ornamento puede omitirse si el alba cubre el vestido común alrededor del cuello (Instrucción General del Misal Romano, núm. 336). se coloca primero sobre la cabeza, como una especie de capucha, simbolizando así el yelmo que protege al soldado de Cristo contra las acometidas del diablo, y que le recuerda la disciplina de los sentidos y del pensamiento que es necesaria para una digna celebración de la Santa Misa. Nuestros pensamientos no deben divagar por las preocupaciones y las expectativas de la vida diaria; los sentidos no deben verse atraídos hacia lo que allí, en el interior de la iglesia, casualmente quisiera secuestrar los ojos y los oídos, sino que han de mirar a Cristo que se hará real, verdadera y sustancialmente presente sobre el altar en el momento de la consagración. También recuerda que el ministro sagrado debe ser parco y comedido en las palabras. Por eso, la oración que acompaña a este ornamento dice: «Pon, Señor, sobre mi cabeza el yelmo de salvación para rechazar los asaltos del enemigo».
En memoria del velo con el cual los judíos cubrieron el rostro del Salvador en casa de Caifás, diciéndole en torno de burla: Cristo, profetiza y dinos quién te ha herido?

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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