Evangelio según san Mateo, 5: 14- 16 «Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad que está puesta sobre un monte no se puede esconder. Ni encienden una antorcha y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. A este modo ha de brillar vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre, que está en los cielos». (vv. 14- 16)
Comprende cuán grandes son las cosas que les promete, cuando aquéllos, que eran desconocidos en su propio país, adquirieron tanta fama, que llegó ésta en poco tiempo hasta los confines de la tierra: ni las persecuciones que les había predicho pudieron ocultarlos, sino que más bien los hizo mucho más famosos.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 15,7
