Otro nuevo y no pequeño Evangelio según san Mateo, 10: 19- 20 «Y cuando os entregaren, no penséis en el modo y en lo que habéis de hablar; porque os será dado en aquella hora lo que habéis de hablar: porque no sois vosotros los que habláis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablaSigue leyendo «Otro nuevo y no pequeño»
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Presenciar todo
Evangelio según san Mateo, 10: 16- 18 «Mirad yo os envío como a ovejas en medio de los lobos; sed, pues, prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas. Guardaos de los hombres, porque os harán comparecer en sus asambleas, y os azotarán en sus sinagogas: os conducirán a los gobernadores y a losSigue leyendo «Presenciar todo»
Era imposible emular la caridad
la Iglesia comenzó a ocuparse de los más necesitados, de aquellos hombres y mujeres segregados por la sociedad y atormentados por la soledad, al punto que se creia que, la religión de <los galileos>, era una religión para los pobres. Era tal la caridad de los cristianos en aquellos siglos que ese solo testimonio eraSigue leyendo «Era imposible emular la caridad»
Para que les sirva de testimonio
Evangelio según san Mateo, 10: 16- 18 «Mirad yo os envío como a ovejas en medio de los lobos; sed, pues, prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas. Guardaos de los hombres, porque os harán comparecer en sus asambleas, y os azotarán en sus sinagogas: os conducirán a los gobernadores y a losSigue leyendo «Para que les sirva de testimonio»
Al mismo tiempo que Jesús despoja a sus discípulos de todas las cosas se las da todas
Al mismo tiempo que Jesús despoja a sus discípulos de todas las cosas se las da todas Evangelio según san Mateo, 10:11-15 «En cualquier ciudad o villa en que entrareis, preguntad qué persona digna se encuentra en ella, y permaneced en ella hasta vuestra marcha. Saludad, al entrar en la casa, con las palabras: LaSigue leyendo «Al mismo tiempo que Jesús despoja a sus discípulos de todas las cosas se las da todas»
No queráis poseer oro, ni plata
Evangelio según san Mateo, 10:9-10 «No queráis poseer en vuestros cintos oro, ni plata, ni dinero: no llevéis en vuestros viajes alforja, ni dos túnicas, ni calzado, ni báculo, porque el operario merece que se le alimente». (vv. 9-10) El Señor después de prohibir el comerciar con las cosas divinas, arranca la raíz de todosSigue leyendo «No queráis poseer oro, ni plata»
Aquellos anunciaron los bienes de la tierra y éstos el reino del cielo y cuantos bienes se encierran en él
Evangelio según san Mateo, 10: 16- 18 «Mirad yo os envío como a ovejas en medio de los lobos; sed, pues, prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas. Guardaos de los hombres, porque os harán comparecer en sus asambleas, y os azotarán en sus sinagogas: os conducirán a los gobernadores y a losSigue leyendo «Aquellos anunciaron los bienes de la tierra y éstos el reino del cielo y cuantos bienes se encierran en él»
Mirad
Evangelio según san Mateo, 10: 16- 18 «Mirad yo os envío como a ovejas en medio de los lobos; sed, pues, prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas. Guardaos de los hombres, porque os harán comparecer en sus asambleas, y os azotarán en sus sinagogas: os conducirán a los gobernadores y a losSigue leyendo «Mirad»
He aquí que yo os mando como a ovejas en medio de los lobos
Evangelio según san Mateo, 10: 16- 18 «Mirad yo os envío como a ovejas en medio de los lobos; sed, pues, prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas. Guardaos de los hombres, porque os harán comparecer en sus asambleas, y os azotarán en sus sinagogas: os conducirán a los gobernadores y a losSigue leyendo «He aquí que yo os mando como a ovejas en medio de los lobos»
El objeto de su venida a sus casas era su salvación
Evangelio según san Mateo, 10: 11- 15 «En cualquier ciudad o villa en que entrareis, preguntad qué persona digna se encuentra en ella, y permaneced en ella hasta vuestra marcha. Saludad, al entrar en la casa, con las palabras: La paz sea en esta casa. Y si efectivamente fuere digna aquella casa, vuestra paz vendráSigue leyendo «El objeto de su venida a sus casas era su salvación»