
A partir de la Reforma protestante, muchos quisieron re hacer la Iglesia a partir de las pistas que encontraban en el Nuevo Testamento. Pero no resultó fácil, porque la descripción que hace el Nuevo Testamento de la Iglesia de los primeros tiempos no coincide en todos sus rasgos externos con la Iglesia que vemos dos mil años después. La actitud sabia es fijarse en la Iglesia primitiva, anterior a las Escrituras. Esa Iglesia primitiva elaboró las Escrituras con la asistencia divina, y preservó su integridad a pesar de persecuciones y herejías. Aquella Iglesia reunió las Escrituras en un libro; un libro que sustenta hoy la fe de todos los cristianos.