“Por esta razón, la Iglesia ha venerado siempre las divinas Escrituras como venera también el Cuerpo del Señor. No cesa de presentar a los fieles el Pan de vida que se distribuye en la mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo” (cf. DV 21).
“La Iglesia recomienda insistentemente a todos los fieles… la lectura asidua de la Escritura para que adquieran la ciencia de Jesucristo (Flp 3, 8), ‘pues desconocer la Escritura es desconocer a Cristo’ (S. Jerónimo) (DV 25)” (CIC 133).
