Al fin llegó el día tan suspirado: 8 de diciembre de 1936
Por segunda vez subió al altar y con voz conmovida pronunció las palabras solemnes:
«Hago voto a Dios Omnipotente, a la siempre Virgen María, al Seráfico Padre San Francisco y a todos los Santos de vivir en la obediencia, sin poseer nada y en castidad»
En el caso del Neo-profeso, la ofrenda tenía un significado de expiación al que obedecerá, como veremos luego, por el resto de su vida
«!Oh Jesús -había escrito pocos días antes- que yo te ame por todo lo que no te he amado, en compensación de todos aquellos ingratos que te calumnian… por los renegados que te han vendido… y por los horribles sacrilegios con los que es profanado tu Sacramento de Amor!
sobre Fray Claudio Granzotto
Más allá del Arte (Epifanio Urbani)
