He aquí cómo lo explica Santo Tomás;
a) De los bienaventurados lo es perfectísimamente, ya que están unidos a El de una manera definitiva por la confirmación en gracia y la gloria eterna. Dígase lo mismo de las almas del purgatorio, en cuanto a la confirmación en gracia.
b) De todos los hombres en gracia lo es también perfectamente, ya que por influjo de Cristo poseen la vida sobrenatural, los carismas y dones de Dios y permanecen unidos a El como miembros vivos y actuales por la gracia y la caridad.
c) De los cristianos en pecado lo es de un modo menos perfecto, en cuanto que, por la fe y la esperanza informes, todavía le están unidos de alguna manera actual.
d) Los herejes y paganos, tanto los predestinados como los futuros reprobos, no son miembros actuales de Cristo, sino sólo en potencia; pero con esta diferencia: que los predestinados son miembros en potencia que ha de pasar a ser actual, y los futuros reprobos lo son en potencia que nunca pasará a ser actual o lo será tan sólo transitoriamente.
e) Los demonios y condenados de ninguna manera son miembros de Cristo, porque están definitivamente separados de El y ni siquiera en potencia íe estarán jamás unidos. Tampoco lo son, y por la misma razón, los niños del limbo.
111,8,3
