Evangelio según san Mateo, 4: 1- 2 Entonces Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu, para que fuese tentado por el diablo, y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, después tuvo hambre. (vv. 1- 2)
Sabía el Señor las intenciones del demonio cuando se proponía tentarle. El demonio sabía que Cristo había nacido en el mundo, según la predicación de los ángeles, la relación de los pastores, la búsqueda de los magos y la manifestación de San Juan. Por lo que el Señor se adelantó contra él no como Dios, sino como hombre; mejor aún, como Dios y como hombre, porque no tener hambre en el espacio de cuarenta días, no era propio de hombre y tener hambre alguna vez, no es propio de Dios. Por ello tuvo hambre para que no se crea que sólo es Dios, porque entonces hubiese destruido la esperanza del demonio que se proponía tentarle y hubiese impedido su propia victoria. De donde se sigue: después tuvo hambre
Pseudo- Crisóstomo, opus imperfectum super Matthaeum, hom. 5
