No obstante, el mayor peligro no radica en los ataques frontales, por más insidiosos y perversos que éstos sean, sino en el intento de convertir a la Iglesia de Jesucristo, en una mera institución de beneficencia. La Iglesia no olvida su deber de fomentar todas las
iniciativas que favorezcan la ayuda al prójimo necesitado, sin embargo, y antes que nada, la Iglesia es la portadora del mensaje de salvación de Jesucristo, que lleva consigo la necesidad de la conversión personal, A su manifestación en obras concretas que forzosamente redundan en la transformación de la sociedad, de sus estructuras y de sus leyes.
Esto es lo que el Nuevo Orden no tolera. Para los nuevos profetas la fe no es más que un sentimiento que en nada debe influir en las obras. La conducta de la persona es determinada desde fuera de ella misma; el hombre debe limitarse a obedecer el consensc
social. Los nuevos paradigmas éticos se basan en un único dogma: procurar el consenso, seguir consenso, no contrastar con el consenso. ‘Todo principio moral inmutable es rechazado y hasta tenido como enemigo enemigo de la nueva sociedad.
A esto debemos sumarle una especie de Babel terminólogica. Las palabras ya no tienen un significado único: familia, derechos humanos, erradicación de la pobreza, democracia, paternidad responsable tienen significados muy diferentes, por ejemplo, en el Magisterio
de Juan Pablo II y en los documentos de la ONU y, en general, el lenguaje internacional
Juan Claudio Sanahuja. El desarrollo sustentable. La nueva ética internacional
