¿Quiénes son esos animales y esos pobres que morarán en tu heredad y que serán alimentados en ella con la dulzura divina que Tú les has preparado, sino estos pobres Misioneros abandonados a la Providencia, que rebosarán de tus delicias divinas; sino los animales misteriosos de Ezequiel, que tendrán la humanidad del hombre por su caridad desinteresada y bienhechora para con el prójimo; la valentía del león por su santa cólera y su celo ardiente y prudente contra los demonios, hijos de Babilonia; la fuerza del buey por sus trabajos apostólicos y su mortificación de la carne; y en fin la agilidad del águila por su contemplación en Dios? Tales serán los Misioneros que Tú quieres enviar a tu Iglesia.
Tendrán ojos de hombre para el prójimo, ojos de león contra tus enemigos, ojos de buey contra sí mismos y ojos de águila para Ti
Ezequiel 1,5-14.
Súplica ardiente para pedir misioneros (S. Luis M. G. de Montfort)
