TODA MI ESPERANZA ESTÁ PUESTA EN TU GRAN MISERICORDIA

Del libro de las Confesiones de san Agustín, obispo (Libro 10, 26, 37-29, 40: CSEL 33, 255-256) Señor, ¿dónde te hallé para conocerte -porque ciertamente no estabas en mi memoria antes que te conociese-, dónde te hallé, pues, para conocerte, sino en ti mismo, lo cual estaba muy por encima de mis fuerzas? Pero estoSigue leyendo «TODA MI ESPERANZA ESTÁ PUESTA EN TU GRAN MISERICORDIA»

A TI, SEÑOR, ME MANIFIESTO TAL COMO SOY

Conózcate a ti, conocedor mío, conózcate a ti como tú me conoces. Fuerza de mi alma, entra en ella y ajústala a ti, para que la tengas y poseas sin mancha ni arruga. Ésta es mi esperanza, por eso hablo; y en esta esperanza me gozo cuando rectamente me gozo. Las demás cosas de estaSigue leyendo «A TI, SEÑOR, ME MANIFIESTO TAL COMO SOY»

Tentar a Dios o … (El médico participa de la Paz que el Señor quiere para nosotros, sus criaturas)

1 Honra al médico por sus servicios, como corresponde,  porque también a él lo ha creado el Señor. 2 La curación procede del Altísimo, y el médico recibe presentes del rey. 3 La ciencia del médico afianza su prestigio y él se gana la admiración de los grandes. 4 El Señor hizo brotar las plantasSigue leyendo «Tentar a Dios o … (El médico participa de la Paz que el Señor quiere para nosotros, sus criaturas)»

¿En qué nos diferenciamos los cristianos de los que no creen?

¿En qué hace Jesús que nuestra vida sea diferente? ¿Dónde está lo sagrado, dónde los milagros en una vida sencilla aparentemente oculta y silenciosa? ¿Acaso no vivimos como todo el mundo? ¿No hacemos lo mismo que todos? ¿No amamos las mismas cosas? Ya lo decía una carta del siglo II dirigida a un tal Diogneto:Sigue leyendo «¿En qué nos diferenciamos los cristianos de los que no creen?»

Tarde te ame

¡Tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé! (sero te amavi…). Y he aquí que tú estabas dentro de mí y yo fuera, y por fuera te andaba buscando; y deforme como era, me lanzaba sobre las bellezas de tus criaturas. Tú estabas conmigo, pero yo no estaba contigo. Me reteníanSigue leyendo «Tarde te ame»

LA ORACIÓN LLAMA, EL AYUNO INTERCEDE, LA MISERICORDIA RECIBE

Tres son, hermanos, los resortes que hacen que la fe se mantenga firme, la devoción sea constante, y la virtud permanente. Estos tres resortes son: la oración, el ayuno y la misericordia. Porque la oración llama, el ayuno intercede, la misericordia recibe. Oración, misericordia y ayuno constituyen una sola y única cosa, y se vitalizanSigue leyendo «LA ORACIÓN LLAMA, EL AYUNO INTERCEDE, LA MISERICORDIA RECIBE»

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. ÉlSigue leyendo «Magnificat»

Las Maravillas de Dios

Primero, Dios liberó al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, con grandes portentos y prodigios; los hizo pasar el mar Rojo a pie enjuto; en el desierto, los alimentó con manjar llovido del cielo, el maná y las codornices, cuando padecían sed, hizo salir de la piedra durísima un perenne manantial de agua;Sigue leyendo «Las Maravillas de Dios»