
Los 3 divorcios:
‘divorcio’ entre sexo y procreación: La difusión de la anticoncepción fue determinante para provocar este —digamos— ‘divorcio’ entre sexo y procreación. En muy poco espacio de tiempo, la utilización masiva de los anticonceptivos terminó por cambiar la mentalidad de la sociedad frente a la sexualidad. La relación sexual ya no significa abrir la puerta a la vida. Se banaliza el gesto sexual, pasando a ser un gesto sin trascendencia, incluso llegando a convertirse en una mera diversión, un juego.
Después vino el ‘divorcio’ entre amor y matrimonio: De la mano del primer ‘divorcio’ entre sexo y procreación, vino el segundo ‘divorcio’ entre amor y matrimonio. Se argumentó diciendo que el amor es una realidad demasiado hermosa y grande como para encerrarla en el estrecho marco de la normativa jurídica. El compromiso se reduce a ‘fríos papeles grises’. ¿Por qué iba a ser necesario un contrato jurídico para vivir un encuentro sexual cuando dos se aman?
Finalmente se produjo un tercer ‘divorcio’ entre sexo y amor: Merece la pena detenerse un poco para percibir el cambio tan enorme que ha dado la sociedad española en no mucho tiempo. En el momento presente la gran mayoría de las parejas conviven antes del matrimonio. Y también, cada vez son más numerosas las que conviven sin necesidad de casarse nunca, derivando en el divorcio entre sexo y amor. Dicho con las famosas palabras de Groucho Marx: “¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?”.
Ella toma una fotografía de el listado que su esposo escribe en el espejo cuando ella está pasando una crisis depresiva