Este gran Señor tiene un tesoro o depósito riquísimo, en donde ha encerrado todo lo que
hay de más bello, brillante, raro y precioso, incluso su Propio hijo, Maria, a quien los santos llaman Tesoro de Dios, de inmenso no es otro que cuya plenitud son enriquecidos los hombres
Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen libro de Luis María Grignion de Montfort
