En la pintura, una vez más, nos vemos obligados a citar las grandes obras que aun permanecen y que nos siguen asombrando, de las cuales no siempre han quedado los nombres de sus autores, pero toda iglesia europea (cristiandad) de aquella época es testigo de lo que decimos. Sin embargo hay algunos nombres que permiten mostrar el “barbarismo” medieval
Simone Martini (Siena, Italia h. 1284 – Aviñón, Francia h. 1344) fue hijo de un tal Martino del que solo se conoce que vivió en el barrio de San Egidio y que tuvo otro hijo que también fue pintor, Donato, además, el padre tuvo que confiarlos a Memmo di Filipuccio fue uno de los grandes pintores del Trecento en Italia. Fue una figura principal en el desarrollo de la primitiva pintura italiana e influyó fuertemente en el desarrollo del estilo gótico internacional. Se enmarca en la escuela sienesa, a la que pertenecieron también los grandes pintores Duccio di Buoninsegna, Lippo Memmi y los hermanos Pietro y Ambrogio Lorenzetti. Fue el más reputado maestro entre los pintores del Trecento en el dominio del color. Elementos esenciales de su estética son su gusto por la línea y la caligrafía admirable de los miniaturistas de la Escuela de miniaturistas de París.
Retablo de la Anunciación. Gabriel sostiene una rama de olivo en su mano, un símbolo tradicional de paz, mientras señala la paloma del Espíritu Santo con la otra.
