Evangelio según san Mateo, 6: 2- 4 «Y así cuando haces limosna, no hagas tocar la trompeta delante de ti, como los hipócritas hacen en la Sinagoga y en las calles para ser honrados por los hombres. En verdad os digo, recibieron su galardón. Mas tú, cuando hagas limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna sea en oculto; y tu Padre que ve en lo oculto, te premie». (vv. 2- 4)
Pone tres bienes fuertes, a saber: la limosna, el ayuno y la oración, contra tres males, en contraposición a los que nuestro Señor quiso ser tentado. Pelea en favor nuestro contra la gula en el desierto, contra la avaricia en el monte y contra la vanagloria sobre el templo.
La limosna que distribuye, es contraria a la avaricia que amontona,
el ayuno es contrario a la gula porque es tu enemigo,
la oración es contraria a la vanagloria,
único mal que sale del bien, mientras que todos los otros males salen del mal, y por lo tanto no se destruye por medio de lo bueno, sino que más bien se fomenta. No puede haber, pues, un remedio mejor contra la vanagloria que la oración
Pseudo- Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 13
