El regalo de Zeus por medio de Hermes, esto es, el
sentido de moral y de justicia, casi no tiene sentido ya para la mayoría de las personas. El sentido moral ha sido reemplazado por un relativismo cuyo imperativo consiste en suspender toda valoración moral y dedicarse, sencillamente, a <gozar> (!qué enormes servicios ha prestado el progresismo a la sociedad de consumo!) Para esto no se precisa ninguna educación; no se aprende a levantar las barreras morales del <goce>, sino que, en todo caso, se <desaprende> a ello. Este es el culmen del proceso de idiotización colectiva. Ya no podemos definir el bien; ya no sabemos qué es el mal. Tampoco nos interesa. Hablar de moral hoy suena poco menos que a represión. Bueno es suspender todo sentido moral concreto; malo es decir que algún valor en concreto resulta absolutamente bueno y que algún mal en concreto resulta absolutamente malo. Cuando el mal es tan flagrante que desgarra nuestra vista, lo máximo que podemos hacer es cambiar nuestra foto de perfil; cuando el bien es tan bueno que nos conmueve, lo más que hacemos es dar un like. No cabe deducir ninguna reflexión ulterior de nada lo que a todos se impone es una metaética que sostiene que cualquier sistema de valores vale tanto como cualquier otro, pues ya no existen puntos de referencia comunes. De lo que se trata es de celebrar la diferencia. Todo lo diferente es bueno: tal es el dogma de la metaética dominante. Pero si toda diferencia es buena entonces el mal, en tanto que diferencia respecto del bien, no puede existir. Así, hemos hecho desaparecer el bien y el mal en un mismo movimiento, en el nombre de la <diferencia>. Lo valioso, por lo tanto, es cerrar de una buena vez la boca y suspender el juicio
*<La ofensiva contra la oposición moral, precedida de otra contra la oposición de la verdad, impiedad de fondo, allana el terreno a la impiedad cultural en el sentido más vasto, en cuanto que la cultura pierde su significado si viene a menos su cometido formativo o de educación del hombre integral> (Miguel Sciacca, El oscurecimiento de la inteligencia. Madrid, Gredos: 1973,pp. 167-168)
*<El idiota moral puede conseguir imitar o simular una emoción y hacernos creer que tiene buenos sentimientos. Pero no puede comportarse como lo haría un hombre reflexivo sin que haya dejado de ser el idiota que era, lo que ocurriría muy rara vez, o sin que ejecute su papel rematadamente mal, porque pararse a pensar es decididamente lo más extraño a su naturaleza> (Norbert Bilbeny, El idiotismo moral. La banalidad del mal en el siglo XX. Barcelona, Anagrama: 1993, p. 78)
<:El cambio climático te da igual? Probablemente seas un hombre>, El Confidencial, 25 julio 2022, h ttp s:// blo gs.elconfidencial.c o m/espana/segundo-parrafo/2022-07-25/cambio-climatico-te-
da-igual-seas-un-hombre_3466083/
