
2:5 Tened entre vosotros los mismos sentimientos que Cristo:
2:6 El cual, siendo de condición divina, no codició el ser igual a Dios
2:7 sino que se despojó de sí mismo tomando condición de esclavo. Asumiendo semejanza humana y apareciendo en su porte como hombre,
2:8 se rebajó a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte y una muerte de cruz.
2:9 Por eso Dios lo exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre