Los que aman a Jesús por lo que Él es, y no por los consuelos que regala, lo bendicen igualmente en las tribulaciones y en las angustias del espíritu, como en los momentos de mayor consolación. Y si Él no les quisiera dar consuelos, igualmente lo bendecirían y alabarían.
5:3 Más aún; nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación engendra la paciencia;
5:4 la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza,
5:5 y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado
Romanos 5
Imitación de Cristo (Tomás de Kempis) 1418
