María ha estado muy oculta en su vida; por esto el Espíritu Santo y la Iglesia la llaman Alma Mater: Madre oculta y escondida. Su humildad fué profunda, en tanto grado, que, mientras vivió en la tierra, jamás tuvo otro afán tan poderoso y continuo como e! de ocultarse a sí misma y a todas las criaturas, para ser conocida de Dios sólo.
Dios, accediendo a las súplicas que Ella le hizo de que la ocultase, empobreciese y humillase, quiso que su concepción, nacimiento, vida y misterios, resurrección y asunción estuviesen sin manifestarse a la casi totalidad de las criaturas. Sus mismos padres no la
conocían aun los ángeles se preguntaban con frecuencia unos a otros: Quoe est ista?
Quién es ésta?: Y es que el Altísimo se la ocultaba, y, si les manifestaba algo, era infinitamente más lo que dejaba de manifestarles
Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen libro de Luis María Grignion de Montfort
