Pero no es una objeción fuerte porque el verdadero parámetro de referencia a este respecto
son las Escrituras Sagradas de los judios (lo que los cristianos conocen como el «Antiguo Testamento») y no tanto el Talmud
Además, es engañoso decir que «Jesús no cumple los estándares mesiánicos del Talmud» no solo porque gran parte del mismo se escribió luego de Jesús (por lo que sería raro que apunte mucho hacia Jesús) sino sobre todo porque no tiene «estándares» claramente definidos pues «en muchas ocasiones el Talmud no hace afirmaciones dogmáticas finales sino que principalmente registra debates y discusiones, Así, hay en verdad muchas
opiniones sobre el Mesías en el Talmud pero ciertamente no se llega a una visión conclusiva»
Hay judíos que toman la vía de señalar profecías mesiánicas que «los cristianos no quieren ver». Así, por ejemplo, en su libro Cómo Responder a un Cristiano Mikha ‘ el Ben- Yah apela al pasaje de 2 Samuel 7: 12- 16 donde el Señor le promete al rey David que luego de su muerte levantará a uno de su «linaje», de «sus entrañas», y que establecerá el reino de este «para siempre», siendo que «si comete iniquidades», Él lo corregirá. Ben-Yah toma cada palabra del texto en términos mesiánicos y, contrariamente a la visión cristiana, concluye que «el Mesias davídico será (..) humano y con defectos».
El problema es que hace un análisis demasiado simplista. En primera instancia, el texto debe entenderse en referencia a Salomón pues él es hijo carnal directo de David y fue rey de Israel.Es más, el texto dice «Él edificará casa a mi nombre» y fue precisamente Salomón
quien edificó el Primer Templo de Jerusalén. Es más,el propio rey David aplica explícitamente la promesa a Salomón en 1 Crónicas 28: 6. Pero el detalle interesante es que-y recuérdese que esto está registrado en el libro inspirado- justo a continuación cita
la promesa de Dios en condicional: «Estableceré su reino para siempre si se mantiene firme en cumplir mis mandamientos y ordenanzas» (1 Crónicas 28: 7). Fue este el caso con Salomón?
Basta con leer 1 Reyes 11: 1-8 para ver que no pues él apartó su corazón del Señor por causa del amor desordenado a mujeres paganas. Ergo, aunque la promesa aplica en primera instancia a Salomón, este falla en cumplir las condiciones de la misma y, por tanto, su trono no es establecido para siempre (de ahí que en la Biblia se hable gloriosamente del «trono de David» pero no del «trono de Salomón»).
A diferencia de su padre, Salomón no fue dócil a la corrección del Señor. Cómo se cumple entonces la promesa hecha a David? Pues por medio del Mesías perfecto, del linaje de David, que ha de venir: Jesús, el Cristo.
San Agustín dirigía a los judíos: «Examinad las Escrituras en las cuales creéis que vosotros poseéis la vida eterna. En realidad, la tendríais si entendieseis en ellas a Cristo y lo aceptarais»
Michael Brown, » Es Jesús el Mesías?», debate contra Rabbi Tovia Singer, Sid Roth’s Time
is Running Short (programa radial), 2011
Mikha ‘el Ben-Yah, How to Answer a Christian: A Basic Apologetics Handbook for New He-
brews, 2015
San Agustin, Contra los Judios, IX, 13
