Concepto de Trinidad en el Islam Errores y falacias sobre la Trinidad y la Encarnación



los musulmanes rechazan la concepción cristiana de Dios por cuanto la Trinidad (tres personas en un solo Dios) colisiona directamente con su noción de tawhid o de absoluta
unicidad de Dios y la Encarnación (Dios hecho hombre en la persona de Jesucristo) incurre en el pecado de shirk que consiste en asociar a Dios con alguna criatura.Se basan principalmente en pasajes del Corán tales como Sura 4: 1 7 1 («; Gente de la
Escritura! No exageréis en vuestra religión! (…) No digáis Tres’! iBasta ya, será mejor para ustedes! Dios es solo un Dios Uno») y Sura 112: 1-4 (» Él es Dios, Uno, Dios el eterno. No ha engendrado ni ha sido engendrado. No tiene par»).

Asimismo, filósofos y apologistas islámicos han constantemente señalado que la concepción cristiana de Dios implica necesariamente incurrir en contradicciones lógicas del tipo contradictio in adjecto ya que postular la Trinidad sería como hablar de «tres dioses en uno» y sostener la Encarnación de Dios en Cristo sería como hablar de un «infinito finito».

Así, por ejemplo, el conocido apologista musulmán Shabir Ally escribe: «»Es imposible para
Jesús el haber sido perfecto hombre y perfecto Dios al mismo tiempo, porque esto implica que él era finito e infnito al mismo tiempo. (..) Si Él tuvo aunque sea una limitación humana
entonces no es Dios. Pero de acuerdo con la Encarnación É1 tuvo cada limitación humana. ¿Cómo podría haber sido Dios entonces?».

Finalmente, los musulmanes sostienen que los cristianos se han equivocado gravemente en divinizar a Cristo por cuanto él nunca afirmó explícitamente ser Dios. Esto se ilustra claramente en el siguiente texto del Corán: «Y cuando Alá dijo: – iJesús, hijo de María! Eres tú quien ha dicho a los hombres: ‘; Tomadnos a mí y a mi madre como a dioses, además de tomar a Dios!’? Jesús respondió: – iGloria a Ti! Cómo voy a decir algo que no tengo por verdad? Si lo hubiera dicho, Tú lo habrías sabido. Tú sabes lo que hay en mí, pero yo no sé lo que hay en ti. Tú eres quien conoce a fondo las cosas ocultas» (Sura 5: 116).

Pues bien, pese a su aparente consistencia estos cuestionamientos de Islam al Cristianismo son en gran parte falaces y pueden responderse de varias maneras:

Primero, Mahoma partía de una concepción absolutamente errónea respecto de la Trinidad. Así, contrariamente a lo que pretende implicar el ya citado texto de Sura 4: 171,los cristianos no sostienen que hay «tres dioses» sino más bien tres personas en un solo Dios. Pero no solo eso. Mahoma se equivoca en algo tan básico como la identidad de las personas que componen la Trinidad. En efecto, si uno vuelve a revisar el también ya citado texto de Sura 5: 1 16 se dará inmediatamente cuenta de que en la visión de Mahoma la Trinidad estaba compuesta por el Padre, Jesús y María la madre de Jesús (!). No es raro, entonces, que con este tipo de visión tan burda de la doctrina cristiana la existencia de la persona del Hijo «frecuentemente implique en la mente de los musulmanes algún tipo de generación sexual». Pero esto de ningún modo es lo que creen los cristianos.

Segundo, bien formulada la doctrina de la Trinidad no implica ninguna contradicción lógica. Decir que tres dioses son lo mismo que un Dios o que tres personas son lo mismo que una persona es efectivamente una contradicción. Pero la doctrina de la Trinidad no dice eso. Dice que existen «tres personas distintas en un solo Dios». El Padre no es el Hijo, el Hijo no es el Espíritu Santo y el Espíritu Santo no es el Padre, pero todos ellos comparten la
misma esencia divina. Eso no es contradictorio de por si. El agua se presenta en tres estados: sólido, líquido y gaseoso. El sólido no es el líquido, líquido no es el gaseoso y el gaseoso no es el sólido, pero aun así los tres estados comparten la misma esencia del agua, es decir, la estructura química H2O

Tercero, resulta curioso que algunos flósofos musulmanes pretendan descartar una concepción trinitaria del ser de Dios en base a que, supuestamente, implica una contradicción cuando uno de los énfasis más fuertes en el concepto islámico de Dios
es precisamente el de su absoluta trascendencia. Ahora bien, si Dios es absolutamente trascendente ¿cómo podemos afirmar o negar válidamente algo de Él con base en nuestro pensamiento? He ahí una gran inconsistencia interna de la crítica islámica El pensamiento cristiano, en cambio, busca ser plenamente compatible con la lógica y, como hemos visto, la doctrina de la Trinidad no es la excepción.

Cuarto,también resulta sumamente curioso el rechazo de los musulmanes hacia la doctrina de la Trinidad a la luz de la singular concepción ontológica que tienen respecto del Corán. En efecto, para la gran mayoría de los musulmanes el Corán no es, como la Biblia, parte del orden creado, sino que más bien es increado y eterno. En Sura 8 5: 2 1- 22 leemos: «Este es el glorioso Corán, escrito en una Tabla Preservada». En su comentario
sobre este pasaje Yusuf Ali admite que el mismo demuestra conclusivamente que el Corán es eterno. Asimismo, Arthur Jeffery nos dice que «el Corán es el discurso de Alá, no una cosa creada». jPero esto no difiere prácticamente en nada del concepto cristiano de la Trinidad! Ese Corán que existe como discurso eterno e increado de Alá se parece mucho a «la Palabra» del Evangelio de San Juan que «desde el principio» estaba «junto a Dios» (cfr. Juan 1: 1). Y quién es esa Palabra? Pues Jesucristo mismo, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad! (ver Juan 1: 14). Basta postular que Alá tiene un amor singular por el Corán y ya casi tendríamos una «doctrina islámica de la Trinidad». En consecuencia, el musulmán haría bien en considerar la viabilidad del Trinitarismo, la unidad plural, a la luz de la existencia eterna del Corán. Asi como el Corán es la palabra eterna de Alá, Cristo es
la Palabra eterna del Padre, estando ellos unificados en esencia a la vez que mantienen la distinción en personalidad.

Quinto, no existe tampoco ninguna contradicción intrínseca en la noción de Encarnación divina. Y es que los cristianos no predican que Dios es un hombre sin más, lo cual sí sería una contradicción, sino más bien que Dios se ha hecho hombre en la persona de Cristo por medio de lo que en teologia se conoce como unión hipostática. Ahora bien, en la unión hipostática las dos naturalezas (humana y divina) están plenamente unidas
pero siguen siendo distintas. Esto no es una hipótesis ad hoc Ya mucho antes de Mahoma el Concilio de Calcedonia (451) había claramente definido que la diferencia de naturalezas de ningún modo queda suprimida por su unión, sino que quedan a salvo las propiedades de cada una de las naturalezas y confluyen en un solo sujeto y en una sola persona». Entendido esto nos encontramos con que ya no existe la contradictio in adjecto que
pretenden los musulmanes. El principio de no contradicción dice que «una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto», Shabir atiende alo primero (» al mismo tiempo») pero no a lo segundo (» bajo el mismo aspecto») Cristo puede ser infnito en cuanto a su naturaleza divina y finito en cuanto a su naturaleza humana siendo finita su manifestación en términos de la unión hipostática sin que ello implique la más mínima contradicción pues se trata de aspectos distintos.

Sexto, bien entendida la noción Encarnación no contradice la de Omnipotencia. En efecto, es parte de la Omnipotencia el que Dios pueda libremente elegir limitarse manifestándose en una forma especial particular sin dejar de tener la plenitud del ser en general. De este modo Cristo puede asumir en sí toda limitación y debilidad humana (excepto en el pecado) sin que ello disminuya en forma alguna el ser divino. De esta forma, «el misterio de la Encarnación no se verificó como si Dios pasase, de alguna manera, de un estado a otro que no tuvo en toda la eternidad; sino en que se unió a la criatura de un modo nuevo, o mejor, porque se la unió a Sí mismo de una manera nueva» y por ello el Concilio de Roma (3 82) declara que: «Cualquiera que diga que el Hijo, mientras estaba encarnado en la tierra, no estaba en el cielo con el Padre, es un hereje»

Shabir Ally, «Was Jesus perfect God and perfect man at the same time?», wwww.sympati-
co.ca.

Norman Geisler and Abdul Saleeb, Answering Islam, Ed. Baker, Grand Rapids, 1993, pp.
134-135.
*H2O Si bien este ejemplo ilustra la idea, es importante anotar que todo ejemplo tomado a
partir del orden creado siempre tendrá limitaciones para reflejar del todo el ser del Creador. Cada analogía sobre la Trinidad busca representar algún aspecto de la misma, pero
ninguna podría representar todos los aspectos (por ejemplo, la del agua, si se lleva al extremo, podría implicar caer en una herejía conocida como modalismo). El no atender suficientemente a esto llevó a un apologista cristiano.tan Preparado como William Lane Craig decir erróneamente que la esencia divina era una mera propiedad predicada (como cuando decimos ‘el sofá es rojo») respecto de las personas divinas con tal de defender su ejemplo inicial de que tres ángulos (tres personas) forman un triángulo (un Dios) frente al señalamiento del apologista musulmán Shabir Ally acerca de que un ángulo no es un triángulo pero la doctrina de la Trinidad sí implica que cada persona (Padre, Hijo y Espíritu Santo) es Dios (véase: William Lane Craig vs. Shabir Ally, «El concepto de Dios en el Cristianismo y el Islam», debate realizado en la Universidad de McMaster, Canadá el 6 de marzo del 2002).

Yusuf Ali, The Meaning of the Holy Qur’an, Ed. Amana, Beltsville, 2006, p. 1630

Arthur Jeffery, Islam: Muhammad and His Religion, Ed. Bobbs-Merrill, New York, 1958,p
92.

Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica Ila, q. 1, art. 1, sol. 1

Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica IIIa, q. 1, art. 2, sol. 3.

Sam Shamoun, «Open challenge to all Muslims» http://www.answeringislam.org

Arthur Jeffery, The Qur’an As Scripture, Ed. Books for Libraries, New York, 1980, p. 97

Behnam Sadeghi and Mohsen Goudarzi » $ ana’a 1 and the origins of the Qur’an», Der
Islam, vol. 87, n’ 1-2, 2012, pp. 1-129

Qadi Iyad ibn Musa, Muhammad, Mensajero de Allah, Madinah Press, Escocia, 1991, p.
30

Josh McDowell y John Gilchrist, El Islam a Debate, SEDIN, 1999, p.44

Publicado por paquetecuete

Cristiano Católico Apostólico y Romano

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