Podemos estar seguros que en Jesús ni San Pablo pensaban en una unidad superficial que sólo cubrirá las diferencias. Por el contrario Pablo dice «os exhorto, hermanos por el nombre de nuestro señor Jesucristo a que todos tengáis un mismo lenguaje ya que no haya divisiones entre vosotros, a que viváis unidos con un mismo pensar y un mismo sentir.
1 Corintios 1,10
