Los primeros cristianos vivieron en una sociedad donde el sacrificio era algo comun a toda religion. Aquellos que provenían del judaismo estaban familiarizados con los sacrificios del templo de Jesuralem. Si procedían del paganismo, conocían tambien los sacrificios a las deidades paganas. Pero todos aquellos sacrificios cedieron ante el rito que denominaban normalmente «el sacrificio».
Hebreos cita el Salmo 50, 23, que anima a la Iglesia a un continuo «sacrificio de alabanza» (Hebreos 13, 15)
Pablo utiliza con frecuencia el lenguaje del culto sacrificial; palabras tales como leitourgia (Filipenses 2,17)
Eucaristia (Acción de gracias) 2 Corintios 9,11
Thusia (Sacrificio) Filipenses 4,18
Hierourgein (servicio Sacerdotal) Romanos 15,16
Prosphoron (ofrenda) Romanos 15,16
Pedro habla de la Iglesia en su conjunto como un sacerdocio destinado a «ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo (1 Pedro 2,5)
