Archivo de categoría: Santísima Trinidad
Dios es Jesús
Siguiendo la tradición apostólica, la Iglesia confesó en el año 325 en el primer Concilio Ecuménico de Nicea que el Hijo es «consubstancial» al Padre (Símbolo Niceno: DS 125), es decir, un solo Dios con él. El segundo Concilio Ecuménico, reunido en Constantinopla en el año 381, conservó esta expresión en su formulación del CredoSigue leyendo «Dios es Jesús»
Un nuevo comienzo (Sacramento de la Reconciliación)
13 El que encubre sus delitos no prosperará, pero el que los confiesa y abandona, obtendrá misericordia proverbios 28,13 19 Por lo tanto, hagan penitencia y conviértanse, para que sus pecados sean perdonados. Hechos 3,19 21 Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo tambiénSigue leyendo «Un nuevo comienzo (Sacramento de la Reconciliación)»
Apóstoles
Los Apóstoles confiesan a Jesús como «el Verbo que en el principio estaba junto a Dios y que era Dios» (Jn 1,1), como «la imagen del Dios invisible» (Col 1,15), como «el resplandor de su gloria y la impronta de su esencia» Hb 1,3).
Santisima Trinidad
El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la «jerarquía deSigue leyendo «Santisima Trinidad»
Bautismo
Los cristianos somos bautizados «en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28,19). Antes responden «Creo» a la triple pregunta que les pide confesar su fe en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu: Fides omnium christianorum in Trinitate consistit («La fe de todos los cristianos se cimentaSigue leyendo «Bautismo»
Nada te turbe
Nada te turbe, Nada te espante Todo se pasa , Dios no se muda La paciencia, Todo lo alcanza; Quien a Dios tiene, Nada le falta: Sólo Dios basta
Alegría de vivir
“Mi madre acudió al médico en su segundo mes de embarazo. El doctor decretó la interrupción del embarazo, pero mi madre se negó. Siete meses más tarde nací yo. Hoy, en 1824, en el Kärmerton de Viena, estreno mi novena sinfonía, mi canto personal a la alegría de vivir” Beethoven
Creer en Dios
Es usar bien de las cosas creadas: La fe en Dios, el Único, nos lleva a usar de todo lo que no es Él en la medida en que nos acerca a Él, y a separarnos de ello en la medida en que nos aparta de Él (cf. Mt 5,29-30; 16, 24; 19,23-24)
Creer en Dios
Es reconocer la unidad y la verdadera dignidad de todos los hombres: Todos han sido hechos «a imagen y semejanza de Dios» (Gn 1,26